Mi Trayectoria
Mi camino ha estado guiado por la curiosidad y el amor por lo auténtico…
Todo empezó con la curiosidad.
Con las manos ocupadas y la mirada puesta en lo pequeño.
Desde los hilos del crochet hasta la acuarela que calma. Desde la cámara que enfoca lo invisible hasta el color que habla sin decir nada.
Cada etapa ha sido una forma de volver a mí.


De los Hilos al Lente: Mi Camino Creativo
Todo comenzó con el crochet, mi primer amor creativo.
Diseñaba amigurumis y bolsos únicos que me conectaban con la magia de lo hecho a mano.
Durante el embarazo, descubrí la acuarela: una forma de calma.
Color sobre papel. Silencio. Respirar entre pinceladas.
Y poco a poco… volver a sentir.
Con la llegada de mi hijo, mi mirada cambió.
Quería guardar los momentos pequeños, lo cotidiano.
Retomé mi cámara y, casi sin buscarlo, me encontré con el mundo diminuto de la macrofotografía.
Texturas, formas, detalles que pasaban desapercibidos… y que ahora cobraban vida.
La creatividad me seguía empujando.
Me llevó también a la fotografía gastronómica, donde el arte y la técnica se mezclaban.
Exploré otros caminos, creé proyectos, colaboraciones.
Cada etapa fue parte del mapa.
Pero siempre volvía al mismo lugar: el deseo de mirar con suavidad.
Hoy, todo eso sigue vivo en lo que pinto.
En cada flor, cada trazo, cada pausa.
La acuarela es ese lugar donde todo se encuentra:
mi calma, mi historia, mi forma de estar.
Porque al final, no importa la técnica.
Siempre estoy buscando lo mismo:
detener el tiempo un momento.
Y mirar con otros ojos.









Cada paso ha tejido mi universo
Porque todo empezó con las manos… y con la mirada.
Crochet
Antes de todo, estuvieron los hilos.
Diseñar amigurumis y pequeños bolsos fue mi primera forma de crear con el corazón.
Punto a punto, descubrí el placer de construir algo con calma, con mimo, con historia.
Acuarela
Durante el embarazo, apareció el color.
La acuarela fue una forma de respirar: pinceladas suaves, mezclas que no se controlan del todo.
Ahí encontré pausa. Y una nueva manera de expresar lo que no sabía decir.
Fotografia
Cuando nació mi hijo, quise guardar cada instante.
Así nació mi amor por la macrofotografía: texturas, formas, insectos… todo lo que parecía pequeño, se volvió inmenso al mirar con otros ojos.
Con el tiempo, también los platos se volvieron protagonistas.
La fotografía gastronómica me permitió unir técnica, sensibilidad y emoción.